Esta artesanía se viene realizando desde épocas muy antiguas y en muy diversas partes del mundo. Hay constancia de que se realizó en el Antiguo Egipto en Grecia y en Roma así como en China y Japón, en donde ha sido utilizada para adornar las guarniciones de katanas. Se conocen piezas con más de 1.500 años de antigüedad. Los griegos atribuían su invención a Glauco de Chíos. En la península Ibérica fue introducido por los árabes.
La técnica del damasquinado, consiste en la incrustación de Oro o Plata, en láminas o hilo, en un metal de inferior calidad como el acero, formando adornos decorativos de todo tipo. En la actualidad se realizan principalmente dos tipos de decoraciones, los diseños renacentistas, llenos de detalles florales y los diseños árabes o geométricos, provenientes del legado árabe en la península Ibérica y principalmente en Toledo.
El procedimiento más usado por los artesanos consiste en cubrir, mediante cuchillas de acero, de rayas finas longitudinales y transversales la superficie del objeto a damasquinar. Después se toma un hilo de Oro o Plata y se dibujan los decorados haciéndolo penetrar en las rayas, mediante la presión de un punzón plano de acero. Para conseguir la perfecta incrustación del Oro en el acero se le golpea con un pequeño punzón "mate" y un martillo. Posteriormente se procede al pavonado de la pieza, como se hace para las armas de fuego y para finalizar el trabajo, utilizando unos hierros de acero con las puntas pulidas, se golpea la superficie del Oro para conseguir todo tipo de matices, brillos, sombras etc.…